Ya está. Se acabó. O más bien empieza otra etapa. El disco está preparado para llegar a quien quiera vivirlo. Han sido casi 3 años en los que las 15 canciones que lo componen se han llorado, reído, sentido, dolido al paso de la vida. Una vida distinta, una vida más consciente de que es débil, que el mañana existe pero que quizás no, que mejor no esperar.
Hoy ha sido un día especial, sin duda. Ha empezado temprano. A las 3 de la mañana cuando he recibido un mail de mi amigo Mariano, que había oído la premezcla de 13 de Octubre y me sugería alguna cosa que tocar. Querría haberme ido al estudio en ese momento. Sabía que iba a ser una mañana apretada acabando decenas de detalles en las mezclas. A las 14:00 debía estar todo acabado. Y, sobre todo tenía en mente a Jon.
Los amigos de la banda se han ido sumando poco a poco y al mediodía ha llegado Mentxu con Andoni, Jon y María. Todos conscientes de la intensidad del momento a pesar del stress de la situación. Cada canción del disco en un relato, es una foto, un cuadro y muchos de los colores del lienzo estaban allí reunidos.
Y hoy es 18 de Septiembre. Y es el noveno cumpleaños de Jon.
Y como le relataba a Mariano hace un momento, se agolpan los sentimientos. Era ayer mismo cuando yendo en el coche con Rubén hacia el estudio me preguntó, "Mikel, y cuál es el título del disco?" - "Pues no lo sé, Rubén" - "Pues yo lo tengo clarísimo, Mikel, .... tiene que llamarse Txuti".
Y se acabó. Se abrió el cielo. Era obvio; tenía razón. No podía ser de otra manera.
Es el nombre con el que bautizó el precoz hablante Andoni a su recién nacido hermano con apenas 2 años: "Txuti". Y más tarde sería "Jontxuti".
Y desde ese momento no paro de llorar aunque no moje. Y oigo las canciones y cojo un poco de perspectiva de cada una de ellas y lo que veo es, sobre todo, una enorme gratitud.
Gratitud por poder disfrutar cada día de un maravilloso ángel como es Jontxu. Gratitud porque la vida me ha enseñado a no esconder el corazón, porque la vida me ha enseñado joven que se agota, que no podemos contar con mañana, que no podemos esperar a mañana...
Jon siempre fue especial. Quizás él, su cuerpo o su alma ya sabía esas lecciones. Quizás desde siempre supo que así es la vida y por eso es tan especial.
GRACIAS JON; gracias TXUTI. Gracias por tu felicidad. Gracias por tu sonrisa. Gracias porque cada día nos das una lección de vida. FELICIDADES! ZORIONAK!